Un bizcocho memorable es mucho más que una atractiva decoración. Debe tener una textura húmeda al cortarlo y, sobre todo, un excelente sabor.
Elegir su gusto puede ser todo un reto, especialmente en las tartas nupciales, cuando hay que acomodarse al paladar de la novia, el novio u otros invitados de importancia. Hoy en día, se tiende a priorizar los gustos de la pareja, aunque los más apegados a la tradición prefieren tener también en cuenta al resto de comensales.Aquí se presentan los pro y los contras de algunos sabores y se indica porqué algunos considerados anticuados pueden llegar a ser una buena elección. También se ofrecen ideas para los rellenos.
* Bizcocho de frutas tradicional:
Históricamente, esta era la elección preferida, y lo sigue siendo para algunos. Sin embargo, hay decoradores de tartas que prefieren evitar los bizcochos de frutas para que no los tachen de conservadores. Existen motivos prácticos para decantarse por ellos. Por ejemplo, se pueden preparar con varios días de antelación sin temor a que se estropeen; por otro lado, funcionan bien con pilares debido a su textura densa. Debido al licor que se emplea para conservar las frutas, se puede guardar envuelto en film transparente en el frigorífico durante varios meses, o hasta tres años en el congelador.
Este bizcocho es también una buena elección cuando de tienen muchos invitados, ya que los bizcochos densos como este permiten cortar porciones más estrechas, y aumentar las raciones. Otra ventaja es que mejoran con el tiempo y se pueden adaptar los sabores experimentando con frutas deshidratadas o el licor que se emplea para hidratarlas: Licor de cereza, ron, jerez o whisky pueden ser una alternativa al tradicional brandy.
VENTAJAS: Se conservan bien, tiene una textura adecuada para usar pilares, se pueden cortar porciones pequeñas y el sabor mejora con el tiempo.
DESVENTAJAS: Se considera una elección tradicional; funciona bien con glaseado real o pasta de azúcar, pero no con crema de mantequilla.
* Bizcocho esponjoso:
Aunque no resulta una elección demasiado atrevida, es seguro que casi todos los invitados se deleitarán con un bizcocho esponjoso o de vainilla. Se trata de una elección segura. Es fácil adaptarlo a sabores más innovadores para huir de la rutina, y se puede modificar la receta básica añadiendo el sabor cítrico de la piel rallada de un limón por cada 100g. de azúcar, o bien agua de azahar o té Earl Grey para conseguir nuevos matices.
También se pueden utilizar siropes dulces, que proporcionan sabor y untuosidad. Por ejemplo, para preparar un pastel de 10 cm, añadir 75g. de azúcar extrafino y 75 ml de agua y hervir en un cazo, añadir algún sabor (1 cucharada de extracto de vainilla, de almendra o el licor favorito) o sustituir el agua por un limón recién exprimido o una naranja.
También se puede infusionar un sirope básico con jengibre fresco. Cuando este frío, humedecer con él la parte superior del bizcocho utilizando un pincel de repostería. Otra opción es agregar al bizcocho chocolate negro, con leche o blanco.
VENTAJAS: Es una elección segura: funciona con crema de mantequilla, glaseado real, pasta de azúcar o ganache, si se opta por un bizcocho esponjoso de chocolate.
DESVENTAJAS: Hay que prepararlo poco tiempo antes de consumirlo y no se conserva muchos días.
* Bizcochos innovadores:
Bizcochos como el de coco, naranja y jengibre, zanahoria o terciopelo rojo pueden ser una buena opción para una reunión a la hora del té, pero son inusuales en las ceremonias nupciales (aunque últimamente se está pidiendo mucho el bizcocho de terciopelo rojo para bodas). Su ventaja es que son melosos y poseen un sabor y una personalidad inconfundibles. Aunque los invitados más tradicionales se pueden sorprender gratamente ante un bizcocho de zanahoria, puede complacerles menos uno de remolacha, por lo que conviene valorar el grado de atrevimiento en función de los invitados.
VENTAJAS: Es un bizcocho innovador, a menudo espectacular y combina bien con unas capas de crema de mantequilla.
DESVENTAJAS: Se debe preparar poco antes de consumirlo; es posible que no agrade a los invitados más conservadores.
* Sabores variados:
Recientemente, existe la tendencia de preparar los pasteles de celebración con varios pisos de sabores diferentes, alternando chocolate, vainilla y fruta, por ejemplo.
Añade interés al pastel y lo convierte en el protagonista de muchas conversaciones, pero quizá no convenza a algunos invitados. Una opción que tener en cuenta es reservar los sabores menos habituales para los pisos más pequeños, y ofrecer estas porciones a los invitados que lo sabrán apreciar. En cambio, se puede utilizar un sabor más común en los pisos más grandes.
* Sabores para el relleno:
La manera más sencilla de transformar un bizcocho es con el relleno, que puede elevar el nivel del pastel o darle un toque muy especial. Algunos ejemplos podrían ser un bizcocho de chocolate con un relleno de limón o crema de lima, o un bizcocho esponjoso con crema de fruta de la pasión. O bien probar con fresas o arándanos, menta o caramelo, para dar sabor a la crema de mantequilla, o unas avellanas o cerezas para acompañar el ganache de chocolate. Utilizar un relleno que no tenga crema de mantequilla puede ser más atrevido, pero proporcionará personalidad al bizcocho.